El Monte de las Ánimas
El Monte de las Ánimas es una leyenda escrita por Gustavo Adolfo Bécquer y transcurrida en Soria en el siglo XIX.
Trata sobre Alonso y Beatriz, unos primos que la tarde del 1 de Noviembre (La noche en la que los muertos regresan entre los vivos) visitaron el Monte de las Ánimas.
En ese monte que hoy llaman de las Ánimas, pertenecía a los Templarios. Los primeros tenían acotado ese monte, los segundos determinaron organizar una gran batida en el coto, a pesar de las severas prohibiciones de los clérigos con espuelas, como llamaban a sus enemigos.
Empezó la guerra y nada pudo detener a los unos en su manía de cazar y a los otros en su empeño de estorbarlo. El monte quedó sembrado de cadáveres, los lobos tuvieron un sangriento festín.
Desde entonces dicen que cuando llega la noche de difuntos se oye doblar sola la campana de la capilla, y que las ánimas de los muertos, descienden de el suelo y empiezan a desfilar. Por eso en Soria le llamamos el Monte de las Ánimas, y por eso he querido salir de él antes que cierre la noche.
El Monte de las Ánimas es una leyenda escrita por Gustavo Adolfo Bécquer y transcurrida en Soria en el siglo XIX.
Trata sobre Alonso y Beatriz, unos primos que la tarde del 1 de Noviembre (La noche en la que los muertos regresan entre los vivos) visitaron el Monte de las Ánimas.
En ese monte que hoy llaman de las Ánimas, pertenecía a los Templarios. Los primeros tenían acotado ese monte, los segundos determinaron organizar una gran batida en el coto, a pesar de las severas prohibiciones de los clérigos con espuelas, como llamaban a sus enemigos.
Empezó la guerra y nada pudo detener a los unos en su manía de cazar y a los otros en su empeño de estorbarlo. El monte quedó sembrado de cadáveres, los lobos tuvieron un sangriento festín.
Desde entonces dicen que cuando llega la noche de difuntos se oye doblar sola la campana de la capilla, y que las ánimas de los muertos, descienden de el suelo y empiezan a desfilar. Por eso en Soria le llamamos el Monte de las Ánimas, y por eso he querido salir de él antes que cierre la noche.
Una
vez llegado al pueblo Beatriz recordó que perdió un pañuelo que le iba a
regalar a Alonso, este salió corriendo en busca de el pañuelo. Pasarón 2
horas y Beatriz cansada de esperar se durmió, durante la noche vió a
una sombra entrar en la habitación y se tapó con la sabana por encima
toda la noche. Al despertar vió el pañuelo envueltó en sangre sobre la
silla y descubrió que matarón a su primo los lobos en el monte.
